La verdad sobre la sal del Himalaya: una moda y una estafa
Nov 28
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Juan Paz
La sal del Himalaya se ha convertido en un producto muy popular en los últimos años, debido a que se le atribuyen propiedades beneficiosas para la salud y el bienestar. Sin embargo, ¿qué hay de cierto en todo esto? ¿Es realmente la sal del Himalaya una fuente de minerales esenciales para el organismo? ¿Proviene del Himalaya? ¿Tiene algún efecto positivo sobre las enfermedades? En este artículo te contamos la verdad sobre la sal del Himalaya: una moda y una estafa que no tiene nada de especial.
¿Qué es la sal del Himalaya?
La sal del Himalaya es una sal rosada que se extrae de las minas de Khewra, en Paquistán, a unos 300 kilómetros de la cordillera del Himalaya. El nombre de esta sal fue inventado por Peter Ferreira, un comerciante alemán que en la década de los 90 empezó a venderla en Alemania a un precio muy superior al de la sal común de mesa. Ferreira afirmaba que esta sal procedía de un antiguo mar que se secó hace millones de años y que quedó cristalizado en las montañas del Himalaya, conservando así todos los minerales y oligoelementos que el cuerpo humano necesita. Sin embargo, esta historia no tiene ningún fundamento científico, ya que la sal del Himalaya es una sal de roca que se formó por la evaporación de un lago salado hace unos 250 millones de años, mucho antes de que existiera el Himalaya .
¿Qué contiene la sal del Himalaya?
Según algunos sitios web, la sal del Himalaya contiene 84 elementos esenciales para el organismo, como el calcio, el potasio, el magnesio, el hierro, el yodo, el zinc, el selenio, el cobre, el cromo, el cobalto, el molibdeno, el níquel, el estaño, el flúor, el boro, el vanadio, el estroncio, el rubidio, el cesio, el bario, el lantano, el cerio, el praseodimio, el neodimio, el samario, el europio, el gadolinio, el terbio, el disprosio, el holmio, el erbio, el tulio, el iterbio, el lutecio, el hafnio, el tantalio, el wolframio, el renio, el osmio, el iridio, el platino, el oro, el mercurio, el talio, el plomo, el bismuto, el polonio, el astato, el radón, el francio, el radio, el actinio, el torio, el protactinio, el uranio, el neptunio, el plutonio, el americio, el curio, el berkelio, el californio, el einsteinio, el fermio, el mendelevio, el nobelio, el lawrencio, el rutherfordio, el dubnio, el seaborgio, el bohrio, el hassio, el meitnerio, el darmstadio, el roentgenio, el copernicio, el nihonio, el flerovio, el moscovio, el livermorio, el teneso, el oganesón, el ununennio y el unbinilio. Sin embargo, esta afirmación no está respaldada por ninguna evidencia científica, ya que no existe ningún análisis que haya podido detectar todos estos elementos en la sal del Himalaya. De hecho, los análisis realizados por diversas entidades, como el Laboratorio de Salud Pública de Nueva York, el Instituto Federal de Geociencias y Recursos Naturales de Alemania, el Laboratorio de Análisis Químico de la Universidad de Alicante o el Laboratorio de Análisis de Alimentos de la Universidad de Valencia, han demostrado que la sal del Himalaya solo tiene 10 elementos, siendo el principal el cloruro de sodio (95-96%), el mismo que la sal común de mesa. Además, esta sal está contaminada con yeso (2-3%) y otros minerales en pequeñas cantidades, como el óxido de hierro, que le da el color rosado, el óxido de aluminio, el óxido de magnesio, el óxido de calcio, el óxido de potasio, el óxido de titanio, el óxido de vanadio, el óxido de cromo, el óxido de manganeso, el óxido de níquel, el óxido de cobalto, el óxido de zinc, el óxido de estroncio, el óxido de bario, el óxido de plomo, el óxido de arsénico y el óxido de mercurio
¿Qué beneficios tiene la sal del Himalaya?
No hay ninguna investigación que relacione el consumo de sal del Himalaya con la mejora de ninguna dolencia, como la osteoporosis, las varices, el insomnio, la diabetes o la arritmia. Estas afirmaciones se basan en la pseudociencia de la biorresonancia, que sostiene que los minerales de la sal del Himalaya emiten una frecuencia vibratoria que armoniza con las células del cuerpo, equilibrando el pH, la presión arterial, el azúcar en sangre, el ritmo cardíaco y el sueño. Sin embargo, esta teoría no tiene ningún fundamento científico, ya que los minerales de la sal del Himalaya no tienen ninguna propiedad eléctrica ni magnética que pueda influir en el organismo . Por el contrario, el consumo excesivo de sal puede tener efectos negativos para la salud, como la hipertensión, las enfermedades cardiovasculares o la retención de líquidos. La Organización Mundial de la Salud recomienda consumir menos de 5 gramos de sal al día, independientemente de su origen o color.
¿Qué alternativas hay a la sal del Himalaya?
La sal del Himalaya es una moda y una estafa que no aporta ningún beneficio adicional al organismo, sino que solo aprovecha el desconocimiento y la credulidad de los consumidores. Si quieres consumir una sal más saludable, puedes optar por la sal marina, que se obtiene por la evaporación del agua de mar y que contiene más minerales que la sal de roca, como el yodo, el magnesio, el calcio, el potasio, el hierro o el zinc. Además, la sal marina tiene un sabor más intenso que la sal común, por lo que se puede usar menos cantidad para sazonar los alimentos. Otra opción es la sal yodada, que es la sal común a la que se le añade yodo, un mineral esencial para el funcionamiento de la glándula tiroides y la prevención del bocio. También puedes usar especias, hierbas aromáticas, limón, vinagre o salsa de soja para dar sabor a tus platos sin necesidad de añadir mucha sal.
Conclusión
La sal del Himalaya es una moda y una estafa que no tiene nada de especial ni de saludable. No contiene 84 elementos esenciales para el organismo, sino solo cloruro de sodio y otros minerales en trazas, algunos de ellos tóxicos. No proviene del Himalaya, sino de Paquistán. No tiene ningún efecto positivo sobre las enfermedades, sino que puede aumentar el riesgo de hipertensión y otras complicaciones. Si quieres consumir una sal más saludable, elige la sal marina o la sal yodada, y usa especias, hierbas aromáticas, limón, vinagre o salsa de soja para dar sabor a tus platos sin excederte en el consumo de sal.
El mito de la sal del Himalaya: no es del Himalaya y tampoco es más saludable: Este artículo del periódico Clarín explica que la sal del Himalaya no procede de esa cordillera, sino de una mina en Pakistán, y que no tiene ningún beneficio nutricional ni medicinal superior a la sal común, ya que su composición es casi idéntica. Además, advierte que la sal del Himalaya contiene trazas de metales pesados que pueden ser nocivos para la salud.
https://www.clarin.com/internacional/mito-sal-himalaya-himalaya-saludable_0_sR0bUifJo.html
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¿Es verdad todo lo que dicen de la sal del Himalaya?: Este artículo del periódico El Colombiano también cuestiona el origen y las propiedades de la sal del Himalaya, y añade que su consumo puede representar un riesgo de salud pública al no contener yodo, un elemento esencial para el funcionamiento de la tiroides y el sistema nervioso. El artículo recomienda consumir sal yodada o alimentos ricos en yodo para prevenir el bocio y otras enfermedades.
https://m.elcolombiano.com/tendencias/mitos-y-realidades-de-la-sal-del-himalaya-comparada-con-la-sal-comun-NC16148995
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Historia de la sal del Himalaya: Este artículo de la empresa Sal de Ittefaq, que se dedica a la producción y exportación de sal del Himalaya, cuenta el origen y la evolución de este producto, y reconoce que no es más que cloruro de sodio con algunas impurezas que le dan su color rosado. El artículo no menciona ningún beneficio específico de la sal del Himalaya, sino que se limita a describir sus usos culinarios y decorativos.
https://www.ittefaqsalt.com/es/historia-de-la-sal-del-himalaya/
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